viernes, 25 de marzo de 2016

Cuarta jornada

Armados con nuestros frontales emprendimos la marcha. En la lejanía ya se escuchaba la épica lucha por el control de la charca. Una charca, pluvial y efímera, que todos los años es campo de batalla de los amorosos Bufo calamita.



La sorpresa llegó al bajar por el camino de grava que lleva al recorrido del arroyo estacional que se va encajonando entre macizos de gneis y desemboca en el río Guadalix. Nos topamos con otros tres ejemplares, que, esforzados y heroicos, abandonaban la seguridad de sus territorios herbáceos y se aventuraban por el camino abierto y pedregoso. Ya en el recorrido tomamos nota de 33 ejemplares de Bufo calamita (dos de ellos en amplexus), 2 enormes Bufo spinosus (asustadizos o más bien cautelosos) y 5 puestas de los ya familiares cordones oscuros.


En la próxima ocasión buscaremos las escurridizas Rana perezi.

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