lunes, 20 de marzo de 2017

Segunda jornada 2017

Justo un año después retornamos al arroyo estacional que accede al Embalse de Pedrezuela por el sur. El ambiente nocturno es magnífico, templado y sin el viento que ha despejado las nubes de la tarde. Sin embargo apenas se escuchan los cantos de los anfibios en la aproximación: la razón es su escaso número, apenas 8 machos de Bufo calamita dispersos en los varios centenares de metros que agrupa el recorrido. Y éstos, huidizos y desconfiados, retroceden y se escabullen bajo el agua apenas asoman nuestros frontales.



Las larvas que puntean algunas de los tramos más tranquilos del arroyo ya van adquiriendo la forma asimétrica, dando coletazos al compás del metronómico canto del autillo que saluda la primavera.

 

2 comentarios:

  1. Espectaculares las fotos, enhorabuena y muchas gracias por vuestro esfuerzo.

    El profe Ángel.

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    1. ¡Gracias por ese mensaje tan especial!

      Saludos, la pareja de biólogos.

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